La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante el estrés o la incertidumbre, aunque en exceso puede afectar la salud mental y física. Sus síntomas más comunes incluyen inquietud, dificultad de concentración, tensión muscular, insomnio o sensación de peligro constante. Identificarla a tiempo y buscar estrategias adecuadas es muy importante para evitar que se convierta en un trastorno persistente.
Es por ello que, si tu eres de las personas que sufren de ataques de ansiedad, te recomendamos pedir apoyo psicológico, además de implementar una nueva rutina diaria que incluya ejercicio físico, sin olvidar realizar trabajos de respiración consciente.
Recordemos que las técnicas de relajación, como la meditación o el mindfulness, ayudan a disminuir la activación del sistema nervioso y a mejorar la sensación de control sobre los pensamientos.
¿Qué comer para disminuir la ansiedad?
Una alimentación saludable y baja en azúcares puede influir directamente en el estado emocional, así como ayudar a reducir los episodios de ansiedad. Consumir alimentos ricos en magnesio, triptófano y omega-3 favorece la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores asociados con el bienestar.
Entre los más recomendados se encuentran:
- Frutas como plátano, kiwi y frutos rojos.
 - Verduras de hoja verde (espinaca, acelga, kale).
 - Pescados grasos como salmón, atún o sardina.
 - Frutos secos, avena y chocolate oscuro (con moderación).
 - Infusiones naturales de manzanilla, valeriana o lavanda.
 
En cambio, se aconseja evitar el exceso de cafeína, azúcar refinada y alcohol, ya que pueden aumentar la sensación de nerviosismo y alterar el sueño.
LO MÁS IMPORTANTE: Pedir ayuda es primordial
Lo más importante, además de cambiar la rutina diaria así como la alimentación, el acompañamiento profesional es fundamental cuando la ansiedad interfiere con las actividades diarias o provoca síntomas intensos. Acudir a terapia psicológica y mantener una rutina equilibrada de descanso, alimentación y ejercicio puede marcar la diferencia en el manejo a largo plazo.
¿Cómo reaccionamos ante emergencias y la ansiedad que nos frena?









