El hombre que tomó a la fuerza a Ariana Grande durante el estreno de Wicked: For Good ya recibió su sentencia. Las autoridades lo declararon culpable de perturbar la paz pública y le impusieron 9 días de prisión, tras el incidente que rápidamente se volvió viral.
El momento generó preocupación entre los fans y asistentes, pero también abrió conversación sobre los límites del contacto con las celebridades y la importancia de respetar su espacio, incluso en eventos públicos.
Ariana se encuentra bien y el caso quedó legalmente resuelto, dejando claro que este tipo de acciones sí tienen consecuencias.








