Todos hemos visto a los elefantes mover sus enormes orejas en días de calor, pero no es solo un gesto curioso: en ellas tienen una red de vasos sanguíneos que funciona como sistema de enfriamiento natural. Inspirados en esta idea, investigadores de la Universidad de Drexel desarrollaron un material de construcción que podría revolucionar la arquitectura sostenible.

El invento consiste en muros y techos con canales internos llenos de materiales especiales que absorben y liberan calor según la temperatura. Así, los edificios podrían mantenerse frescos en verano y cálidos en invierno sin gastar energía extra.

El diseño más prometedor imita el patrón de diamante de la vasculatura animal, logrando una regulación térmica pasiva y efectiva. Aunque aún está en fase experimental, esta innovación abre la puerta a casas y oficinas que se enfrían solas, sin depender del aire acondicionado.

Un ejemplo más de cómo la naturaleza inspira soluciones brillantes para los retos del futuro.

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