¿Haces “bromas” que no dan risa? Tal vez eres pasivo-agresivo
Todos conocemos a alguien que lanza comentarios como: “¡Qué milagro verte trabajando!” o “Me encanta cómo no te importa tu imagen”.
Si te reíste… cuidado. Las bromas pasivo-agresivas son una forma disfrazada de crítica o resentimiento. Usan el sarcasmo, la ironía y hasta “halagos” envenenados para evitar la confrontación directa.
Psicólogos explican que quien las usa suele tener miedo a expresar sus emociones o a generar conflicto. En vez de hablar claro, elige comentarios ambiguos que pueden doler más de lo que aparentan.
Si te sentiste identificado, no eres el único.
Reconocerlo es el primer paso para mejorar la forma en que nos comunicamos, sobre todo en familia, el trabajo o entre compas.
¿Y tú? ¿Eres el chistoso del grupo… o el pasivo-agresivo? Comenta y síguenos en Azteca Morelos.
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