La hipocondría, ahora conocida como trastorno de ansiedad por enfermedad, es una condición psicológica caracterizada por una preocupación excesiva y persistente por padecer una enfermedad grave, a pesar de la ausencia de evidencia médica. Quienes la padecen interpretan síntomas físicos comunes, como un dolor leve o fatiga, como señales de problemas de salud severos, lo que afecta de su vida diaria.
Este trastorno no sólo impacta la salud mental, sino también las relaciones personales y el bienestar general. A continuación, exploramos sus síntomas y opciones de tratamiento.
¿Cuáles son los síntomas de la hipocondría?
Entre los síntomas más comunes están la interpretación catastrófica de sensaciones físicas normales, como palpitaciones o molestias estomacales, y la convicción de que estas indican una enfermedad grave. Suelen realizar comprobaciones frecuentes, como visitar médicos repetidamente o buscar información médica en internet, lo que refuerza su ansiedad.
A pesar de recibir diagnósticos negativos, no logran tranquilizarse y pueden dudar de los resultados médicos. Otros evitan lugares o actividades por temor a empeorar su salud, mientras que algunos desarrollan conductas obsesivas, como chequear constantemente su cuerpo. Esta preocupación puede generar insomnio, estrés crónico y dificultades en el trabajo o relaciones personales.
¿Existe algún tratamiento para la hipocondría?
El tratamiento más efectivo es la terapia cognitivo-conductual, pues ayuda a identificar y modificar pensamientos irracionales sobre la salud, reduciendo la ansiedad. Algunas técnicas como la meditación o la relajación también son útiles para gestionar el estrés.
En casos severos, se pueden recetar antidepresivos o ansiolíticos para aliviar síntomas. Además, la educación sobre el trastorno y el apoyo psicológico son clave para mejorar la calidad de vida.
¿Con qué tipo de bebida se recomienda tomar las pastillas?