El kéfir y la kombucha son similares al yogurt y los tres fermentos ayudan a tu digestión, pero no son lo mismo.

Sus diferencias y beneficios son:

-  El Yogur se obtiene al fermentar leche con bacterias lácticas. Es cremoso, suave y rico en calcio.

- El Kéfir también se fermenta con leche, pero contiene una mezcla más diversa de bacterias y levaduras. Tiene una textura más líquida y sabor ligeramente ácido.

- Mientras que la Kombucha se elabora a partir de té endulzado y fermentado con un cultivo llamado SCOBY (colonia simbiótica de bacterias y levaduras). Es efervescente, refrescante y suele tener sabores frutales.

Todos aportan probióticos, pero cada uno tiene características únicas:

- El yogur es ideal para intolerancia leve a la lactosa y salud ósea

- El Kéfir es más potente en microbiota, y muy útil para fortalecer las defensas.

- Finalmente, la Kombucha es rica en antioxidantes, digestiva y sin lácteos, ideal para los intolerantes a este producto.

Yogur, kéfir o kombucha, todos pueden ser aliados de tu salud digestiva. Lo importante es elegir el que mejor se adapte a tu cuerpo, tus gustos y tu estilo de vida.

¿Por qué al hablar escupimos saliva sin querer?