Las ves, te asustas y tu primera reacción es aplastarlas. Pero hacerlo puede ser más peligroso de lo que crees.

Las cucarachas son portadoras de bacterias, hongos y parásitos que pueden causar enfermedades como salmonella, gastroenteritis y alergias. Al aplastarlas, sus fluidos corporales se esparcen, contaminando superficies de la cocina, el baño o la sala. Además, liberan alérgenos que pueden afectar a personas con asma. Y aunque existe el mito de que al morir liberan huevos, la realidad es que los huevos están protegidos en cápsulas llamadas ootecas, y no se esparcen simplemente al aplastarlas.

En lugar de aplastarlas, los expertos recomiendan:

  • Usar trampas adhesivas
  • Mantener la casa limpia y libre de restos de comida
  • Sellar grietas y espacios por donde puedan entrar
  • Consultar servicios de fumigación profesional si la plaga es grande

Estas medidas evitan la propagación de enfermedades y mantienen tu hogar seguro.

Aplastar cucarachas no las elimina, solo aumenta el riesgo. La verdadera solución está en la prevención, la limpieza y el control responsable. Porque tu salud vale más que un reflejo.