Se reveló que casi una de cada cinco infecciones urinarias podría tener su origen en bacterias E. coli presentes en la carne y aves que compramos.
Sí, esas mismas bacterias que se encuentran en animales de consumo podrían viajar directo del paquete al plato… y luego a tu sistema urinario. Los expertos advierten que no se trata solo de un problema de higiene personal, si no también de seguridad alimentaria.
La buena noticia: puedes reducir el riesgo siguiendo reglas básicas como cocinar bien la carne, evitar que sus jugos toquen otros alimentos y lavarte las manos después de manipular productos crudos. Tu salud (y tu estómago) te lo agradecerán.
Así puedes traer de vuelta a tu lomito del Mictlán; con ayuda de la IA








