La nieve es la forma sólida del agua: se cristaliza en la atmósfera y desciende convertida en diminutos cristales de hielo, ya sea en copos sueltos o en conjuntos más densos. Cada copo nace de un cristal individual y se expande en un patrón hexagonal perfecto, tan preciso que parece diseñado por la propia naturaleza.

El aguanieve, en cambio, es una mezcla inquieta y caprichosa: copos parcialmente derretidos que se combinan con gotas de lluvia, formando una precipitación híbrida que oscila entre lo invernal y lo húmedo.

Comprender la diferencia entre nieve y aguanieve nos ayuda a anticipar mejor el clima de los próximos días. El frente frío 16 al cruzar Morelos podría traer lloviznas ligeras y dispersas, y si la temperatura cae un poco más —con un guiño del invierno— quizá tengamos la fortuna de presenciar alguna de estas dos formas de agua en nuestro estado.