El estado de Morelos resguarda una de las tradiciones artesanales más antiguas de México: la alfarería. En distintas comunidades, el barro sigue siendo la base de cazuelas, ollas, comales y piezas decorativas que conservan la identidad cultural del estado.
Pueblos como Tlayacapan y Cuentepec se han convertido en referentes de esta práctica, donde las manos de los artesanos moldean y dan vida al barro con procesos heredados de generación en generación. Estas piezas no solo son utilitarias, también forman parte del patrimonio cultural que distingue a la región.
¿Dónde se hace el barro en Morelos?
Tlayacapan es el pueblo más representativo, famoso por su barro rojo y vidriado. Ahí, las cazuelas y comales son parte esencial de la vida cotidiana y de la cocina tradicional. Mientras que en Cuentepec, comunidad de raíces nahuas, la alfarería se conserva con un estilo más rústico, sin esmaltes dañinos, lo que hace que sus piezas sean muy apreciadas.
Otros municipios como Jiutepec, Xochitepec, Yautepec y Tepalcingo también mantienen talleres familiares que producen desde cántaros hasta macetas, manteniendo vivo este oficio pese al paso del tiempo.
¿Cuál es la importancia cultural del barro en Morelos?
El barro en Morelos no solo representa una actividad económica, sino también un símbolo de identidad. Los podemos observar en las ferias artesanales, celebraciones locales, e incluso, en el uso cotidiano de los hogares.
Esto refuerza el valor de las piezas, que siguen resistiendo frente a la producción industrial.
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