Investigadores analizaron a más de 1,800 adultos de entre 27 y 85 años sin demencia ni antecedentes de derrame cerebral. Y hallaron que quienes dormían nueve o más horas por noche mostraban un desempeño cognitivo inferior en tareas de memoria, atención y rapidez mental.

Dormir menos de seis horas también tuvo impactos negativos similares. Ambos extremos, mucho sueño o muy poco, se relacionan con dificultades para concentrarse, retener información y mantener un pensamiento ágil. Además, quienes descansaban entre siete y ocho horas eran los que mejores resultados obtuvieron en pruebas cognitivas, lo que sugiere que esa franja podría ser la ideal.

¿Es saludable dormir con nuestras mascotas?