No estás solo: los famosos earworms o “canciones pegajosas” son un fenómeno real que tiene explicación científica.

Según expertos en psicología y neurociencia, esto ocurre cuando tu cerebro encuentra patrones repetitivos o pegajosos en la música. Las melodías con ritmos simples, coros repetitivos o frases cortas se “enganchan” más fácilmente, activando regiones de memoria y placer al mismo tiempo. ¡Tu mente hace loop sin que te des cuenta!

Otros factores que ayudan a que se quede una canción son el estado de ánimo, el estrés o incluso la falta de concentración. ¿La solución? Escuchar la canción completa, distraerte con otra actividad o incluso cantar algo diferente para romper el ciclo.

Así que la próxima vez que no puedas sacarte una melodía de la cabeza, al menos ahora sabes que tu cerebro está haciendo lo suyo… y un poco de magia musical.

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