La brujería moderna, especialmente en tradiciones como la Wicca, está impregnada de creencias que promueven la armonía con el universo. Uno de los conceptos más emblemáticos es la llama “Regla de Tres”, un principio ético y espiritual que guía a los practicantes en sus acciones mágicas y cotidianas.
Este precepto sostiene que toda energía, intención o acción que una persona envíe al mundo, ya sea positiva o negativa, regresará a ella triplicada. En esencia, es una ley de causa y efecto que subraya la responsabilidad personal y el equilibrio cósmico que tienen las personas creyentes no sólo de las energías blancas u oscuras, también de quienes practican la brujería.
¿Cómo funciona la Regla de 3 en la brujería?
La Regla de Tres, también conocida como la “Ley del Retorno Triple”, establece que cualquier acto, hechizo o energía liberada al universo retorna al emisor con una fuerza tres veces mayor. Por ejemplo, un acto de bondad podría traducirse en bendiciones amplificadas, mientras que una acción malintencionada podría traer consecuencias severas.
Este principio no sólo se aplica a la magia, sino también a la vida diaria, fomentando que los practicantes actúen con intención consciente y respeto hacia los demás. En la Wicca, esta regla es un recordatorio de que el poder de la magia conlleva una gran responsabilidad, ya que el universo mantiene un equilibrio natural.
Su propósito es claro: promover la empatía, la responsabilidad y el respeto por el impacto de las acciones propias. Para los brujos modernos, esta regla es una herramienta para vivir en armonía con el cosmos, recordándoles que sus decisiones tienen un eco poderoso en el universo.
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