Los aceites prensados en frío son como los “orgánicos” se extraen sin calor, conservan mejor sus nutrientes y suelen tener aromas más naturales. Perfectos para pieles sensibles o para quienes buscan algo más puro.

Los aceites prensados en caliente pasan por temperatura alta para obtener más producto. Son más económicos, tienen una textura más ligera y su olor suele ser menos intenso. La desventaja: pierden algunos nutrientes en el proceso.

¿El veredicto? Si buscas máxima nutrición, ve por el prensado en frío. Si quieres algo práctico y accesible, el prensado en caliente hace el paro sin complicaciones.

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