Aunque muchos siguen la tradición del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos —cuando se celebra a los niños difuntos y piden calaverita—, otros aprovechan el 31 de octubre, justo en pleno Halloween.

Esta mezcla de costumbres viene de la influencia estadounidense, sobre todo en estados del norte como Baja California, Sonora, Chihuahua o Nuevo León, donde la noche del 31 las calles se llenan de pequeños monstruos y superhéroes gritando “¡calaverita, por favor!”. Pero ya en todo el país se ha vuelto común que los niños salgan ambos días.

Así que ya sabes: prepara los dulces y revisa el disfraz, porque el 31 de octubre y el 1 de noviembre el espíritu festivo (y azucarado) estará por todos lados.

La catrina más grande de Morelos se encuentra en Emiliano Zapata