Coajomulco, enclavado en el Corredor Biológico Chichinautzin al norte de Morelos, destaca por su riqueza natural y por mantener vivas sus actividades productivas tradicionales: agricultura de temporal, ganadería extensiva y el cuidado de Huertos Familiares Tradicionales. Durante la temporada de lluvias, este pueblo produce uno de los frutos más emblemáticos del estado: el chilacayote, también conocido como chilaca, cuyo nombre proviene del náhuatl tzilacayotli, “calabaza lisa”.

El chilacayote de Coajomulco es una calabaza nativa de América con un valor cultural, culinario y medicinal enorme. Cuando está tierno, se usa para preparar guisos y caldos; ya maduro, se transforma en dulces cristalizados, aguas frescas y postres tradicionales que forman parte de la gastronomía morelense.

Desde la época mexica se utilizaba como remedio para la inflamación y las hemorroides. Hoy, estudios modernos destacan su aporte como regulador natural del azúcar en la sangre gracias a sus propiedades hipoglucemiantes. Además, su alto contenido de antioxidantes ayuda a retrasar el envejecimiento y aporta vitaminas y minerales esenciales.

El chilacayote no sólo es sabor: es historia, salud y comunidad. Un fruto que sigue enraizado en la vida diaria de Coajomulco y que cada vez más morelenses buscan redescubrir.