Aunque parece un adorable peluche con patas, esta oruga no tiene nada de tierna . El Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) alertó sobre su presencia en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco. Al tocarla, sus diminutas espinas liberan una toxina que puede causar dolor intenso, náuseas, vómito, taquicardia e incluso afectar el sistema nervioso.
Los entomólogos explicó que su veneno es tan potente que el contacto puede sentirse como una fractura o una quemadura. Se cree que su aparición está relacionada con las lluvias recientes.
Si la ves, evita tocarla y, si es necesario manipularla, usa pinzas y ropa que cubra tu piel. Y nada de fumigar, ¡podrías dañar a otros insectos benéficos!
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