5 razones por las que el mezcal y el tequila son orgullo nacional
Dicen que el tequila cura el alma... y el mezcal, el corazón. Pero más allá del trago y la fiesta, estas bebidas cuentan la historia de un país que hierve en tradición. ¿Te imaginas todo lo que hay detrás de una copa?
Mucho antes de que existieran las barras y las botellas premium, el agave ya era sagrado. En tiempos prehispánicos, se usaba para hacer pulque: la “bebida de los dioses”. Pero con la llegada de los españoles y la destilación, nacerían dos íconos mexicanos: el tequila y el mezcal.
El tequila, orgullo jalisciense, fue el primero en tener denominación de origen. Se sirve en las fiestas patrias, en altares del Día de Muertos y en los brindis que sellan historias de vida. Es símbolo, esencia...
Pero el mezcal, ese pariente rústico y profundo, guarda otra alma: más artesanal, más ahumada, más comunitaria. Nace en hornos de tierra, en manos de palenqueros que heredan fuego y técnica. En fiestas como la Guelaguetza, el mezcal no se vende, se comparte.
Ambos han llegado a la cocina mexicana: en moles, adobos y postres. Son también motores de economía, turismo y sostenibilidad. Hoy, miles viven del agave; su cultivo y transformación sostienen comunidades y rescatan la tradición.
En un mundo que se industrializa, hay quienes siguen apostando por el origen. Por el arte líquido que nos cuenta, gota a gota, quiénes somos.
Así que la próxima vez que brindes con tequila o mezcal, recuerda: estás saboreando siglos de historia. Síguenos en redes y conoce más historias que nos hacen sentir orgullo por lo nuestro.
Te podría interesar: ¿Qué significa que el mezcal tenga denominación de origen?
Conoce la historia del pulque, famosa agua miel que se obtiene del maguey